Estudio


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Jerof

Fotografo

¡Bienvenidos a Jerof!


Te felicito por llegar hasta acá Sé que esta suele ser la sección menos emocionante de una web porque no hay fotos, pero te prometo que vale la pena. Así que, dejame contarte una historia…
Para empezar, hablemos del nombre: Jerof. Mi nombre es Jerónimo, así que ahí tenés las primeras cuatro letras. ¿Y la última? Bueno, podría ser de mi apellido, de “foto” o “fotografía”, pero la verdad es que cuando lo pensé, me inspiré en la apertura del diafragma de un lente: el número “f”. Sí, es algo técnico, pero si preferís pensar que viene de “foto”, ¡está perfecto!
Así que, soy Jerof.
¿Por qué soy fotógrafo? Todo comenzó en 2005, cuando Salvador, mi hijo mayor, estaba en la panza. Compré mi primera cámara digital, una Panasonic Lumix de 5 megapíxeles, y, sin tener idea de cómo usarla, la guardé. Cuando Salva empezó a patear, saqué la cámara, aprendí a cargar las pilas y me sentí como un cineasta. Hice cinco videos, los descargué en la computadora y… ¡sorpresa! Filmaba, pero sin sonido. Intenté reclamar, pero ya era tarde, ¡adiós garantía! Así que decidí usarla como lo que era: una cámara de fotos. Y ahí cambió todo.
Tenía una perra, Lana, con pelo negro y liso. Un día, estaba recostada en la cocina, sobre un piso de damero blanco y negro. Le saqué una foto desde arriba, en automático. Era una toma común y corriente, nada especial. Me decepcioné un poco, pero algo inesperado pasó. Me tiré al piso, puse el lente frente a su hocico, ella me miró, disparé y… ¡GUAU! Fue una explosión en mi cabeza, una certeza absoluta. Lana, hasta se sorprendió por mi imitación de su ladrido y por mi cara de haber descubierto algo increíble.
Esa foto me cambió. Entendí la importancia de cambiar la perspectiva, no solo en la fotografía, sino también en la vida. Ese momento marcó el inicio de mi pasión por capturar emociones y gestos únicos. Y con el tiempo, me di cuenta de que la fotografía era mucho más que un hobby.
En 2009, tomé la decisión de dejar mi trabajo como gerente de ventas, para dedicarme por completo a la fotografía. Comencé como freelance para el Diario El Día de Gualeguaychú, y poco a poco, fui trabajando para medios provinciales y nacionales como La Nación, Clarín y Perfil.
Un día, mi hermana Cande me pidió unas fotos, y cuando las subí a Facebook, el boca a boca hizo el resto. De a poco, se fue sumando todo: bodas, fiestas de 15, los Mini Jerof, sesiones de futuras mamás, books y fotos para empresas. Con el tiempo, alquilé un estudio, lo equipé y armamos una agenda llena de clientes felices.
Hoy, viajamos por todo el país, y cada vez que armo mi mochila, recuerdo por qué soy fotógrafo. Podría haberlo resumido, pero la verdad es que soy fotógrafo porque un día, quise capturar los mejores momentos de mi vida, y me terminé enamorando de lo que hacía.